El ascensor de subida
– Perdone, ¿es este el ascensor de subida?
– No, he montado en otros mejores.
– Perdone, ¿es este el ascensor de subida?
– No, he montado en otros mejores.
– Oiga, ¿el otorrino va por número?
– Van nombrando.
– Qué gran actor, pero no me cambie de tema.
Llaman a la puerta y es un técnico del ayuntamiento.
– Perdone, pero vamos a proceder al derribo del edificio contiguo.
– ¿Conmigo?
– ¿Cómo te llamas?
– Lancelot.
– Pues atrápalot…
– Ayer llamé a la policía porque unos ladrones robaron en mi casa y se llevaron hasta los vasos.
– ¿Y los detuvo?
– Sí, sí, los de tubo también.
– Soy Rosa.
– Ah, perdóname, es que soy daltónico.
Un amigo dice a otro:
– ¡Mi gato ha matado a tu perro!
El amigo responde: ¿Cómo? Si mi perro es un dóberman y mide 2 metros.
– Lo sé. Es el gato del coche de mi papá.
¿Por qué las monjas no llevan sandalias?
Porque ellas son mas de botas.
– Rápido, la profe quiere un sinónimo de «aro metálico», está esperando, ¿qué le digo?
– Dile argolla.
– ¡Joder, no me presiones tu también!
– ¡Qué guapa estás hoy! ¿Te has pintado los ojos?
– No, ya los tenía.