El supositorio

Una tarde al salir de la escuela, Jaimito va a merendar a casa de su abuela, después de la merienda le dice la abuela:
– Jaimito, tengo que ponerme un supositorio y yo sola no puedo.
– Yo te ayudo abuelita.
Esta va, le da el supositorio al niño, se baja las bragas, pone el culo en pompa y Jaimito se pone detrás de la abuela y cuando ve aquello, le dice:
– Abuelita el supositorio es para ti o se lo doy al pavo.