Chistes de vascos

– Oye Patxi ¡que me han comentado en la escalera que has tenido una niña!
– Sí vecino! ¡Rocío la hemos puesto!
– ¿Qué me dices Rocío? ¡Pues qué poco vasco!
– Qué va hombre, ¡si en casa la llamamos Escartxa!

– Los vascos somos cojonudos, ¿verdad, Patxi?
– Pero, ¿qué dices? Si tú has nacido en Castellón…
– ¡Patxi, los vascos nacemos donde queremos ostia!

– Patxi, ¿dónde vas con ese saco?
– A por abono pa las fresas pues!
– Ah, ¡yo las prefiero con nata!

Se encuentran dos bilbaínos por la calle y uno le dice al otro:
– ¿De dónde vienes?
– Pues nada, he ido a comprar 300 vacas, 500 bueyes, 400 ovejas y 30 toneladas de madera.
Y el otro le dice:
– ¡Hostias! Sí que montas pronto el Belén este año.

– Patxi, ¿tus vacas fuman?
– No, ¿pues?
– Entonces se te está quemando el granero.

– Patxi, soy Iñaki. Oye, que ya he cogido el autobús. Llego a tu casa en 30 minutos.
– Pero si se llega en 15 andando…
– Ya, joder, pero pesa.

¿En qué se diferencia un sacerdote de Euskadi de un cura normal?
En que el cura normal dice:
– ¡El cuerpo de Cristo!
y el cura vasco dice:
– ¡Ahí va la hostia!!

– Joer, Patxi, que me han dicho que has estado en el hospital.
– Pues sí, aiba la ostia, me han operado de fimosis.
– ¿Y eso en qué consiste?
– Nada, que te cogen la picha y te cortan la parte del pellejo.
– Aiba la ostia, ¿y qué hacen con él?
– Pues mira, yo me he hecho esta chupa.

¿Cuál fue la máxima prueba de humildad y sencillez que dio Jesucristo?
Nacer en Belén, pudiendo haber nacido en Bilbao.

– ¡Aiba Patxi, me han contao que te han tocao cien millones en la lotería!
– Bah, lo que me había jugado.